En cierta ocasión, el Mulá Nasrudín se plantó ante el lechero del barrio, con un minúsculo vaso entre sus manos:- Quiero un litro de leche de vaca
A lo que el lechero respondió, un tanto sorprendido:
- Pero, hombre, en ese vaso tan pequeño no cabe un litro de leche de vaca
Sin arredrarse, Nasreddín insistió:
- En ese caso, póngame un litro de leche de oveja
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