Palestina somos todos ¡Haz tu parte!

Gaza somos Todos

Sostener lo humano nos interpela a todos: Palestina nos necesita a cada uno de nosotros. ¡Haz tu parte!

Hoy mismo, 26 de septiembre de 2025, Netanyanhu, el "Hitler de este tiempo" está dando un discurso en las Naciones Unidas sin ninguna cortapisa

Hoy mismo, Netanyanhu ha ordenado colocar potentes altavoces en la frontera de Gaza para que los sitiados escuchen a todo volumen su discurso en la ONU. En palabras de la periodista Almudena Ariza: "Su propio ejército ha calificado esta medida como "descabellada" y sin valor militar, elevando a la máxima potencia el grado de vejación y crueldad gratuita sobre un pueblo ya castigado. Una bajeza moral que desnuda el verdadero rostro del genocidio: no basta con matar, también hay que humillar"

Durante casi dos años ya, día tras día, estamos asistiendo en directo, no a una tragedia o catástrofe infaustamente sobrevenidas, sino a acciones premeditadas, proyectadas y operadas por la mano del hombre, lo que desafía todo entendimiento humano. Es la masacre sistemática de seres humanos por los bombardeos incesantes del Estado de Israel sobre la Franja de Gaza y el asedio inhumano que extiende también a Cisjordania, con especial saña sobre los niños. Según datos de UNICEF, más de 50.000 niños han sido asesinados o heridos desde el inicio de la ofensiva israelí. Cada número es una vida truncada, una familia devastada, una infancia arrebatada.

Estamos contemplando el colapso de la esperanza. La Comisión Internacional Independiente de Investigación de la ONU ha concluido que Israel ha cometido y sigue cometiendo genocidio contra el pueblo palestino, de al menos cuatro maneras distintas de las cinco posibles: asesinatos, daños físicos y psicológicos graves, condiciones de vida destinadas a provocar la destrucción del grupo y medidas para impedir nacimientos.

Paralelamente, Israel ha infringido un daño dirigido a la total devastación del entorno urbano y ecológico: clínicas y hospitales, escuelas, colegios y universidades, templos, edificios civiles, inmuebles, fábricas, cultivos, redes de transporte, caminos… El acceso a alimentos, agua y medicinas ha sido bloqueado deliberadamente, y se han emponzoñado y taponado con cemento pozos y fuentes, intensificando a propósito el martirio de la población. El hambre se ha convertido en arma de guerra, y más de 400 personas, casi 200 de ellas niños, han muerto por desnutrición. Han bombardeado con "fosforo blanco", un arma química capaz de quemar la carne y profundizar hasta los huesos. El grado de perfidia se hace insoportable cuando los mismos perpetradores se burlan despiadadamente del sufrimiento de sus víctimas, compiten impunemente con el número de bebés asesinados (como trofeo de caza), se recrean grabándose entre carcajadas con los juguetes rotos de niños muertos o con la ropa íntima de sus madres. Los soldados de las FDI y miembros de una execrable ONG norteamericana juegan al “tiro al pato” con las personas hambrientas y extenuadas que acuden a por víveres a los centros de distribución. El culmen de psicopatía, que ninguna distopia orwelliana alcanzara a concebir nunca antes, es la organización de itinerarios y cruceros turísticos para solaz y disfrute de una población evidentemente patológica, o de fiestas con barbacoas y bailes sincopados para felicitar a los soldados y celebrar la consumación de estas monstruosidades. Envuelven toda esta depravación en un relato delirante de "raza elegida por Dios" y de estar realizando una "obra divina". 

¿Y cómo definir la obscenidad del abyecto Proyecto de Resort de lujo, ya diseñado y divulgado, que pretenden construir sobre los cadáveres que yacen estrujados entre los ruinas de la tierra que una vez los acogió cuando las víctimas eran ellos?

Vemos, en categórico presente y en primera plana, múltiples historias que desgarran la conciencia. Una pediatra gazatí pierde a 9 de sus hijos en un ataque aéreo israelí. Una niña es acribillada dentro de un coche con 355 balazos, junto a toda su familia y los sanitarios que acuden en su socorro. Un niño huérfano camina llorando con su hermana pequeña a hombros, recorriendo por enésima vez una travesía a ninguna parte. ¿Cómo se sobrevive a eso? ¿Cómo se reconstruye una vida cuando el mundo parece haber normalizado y aprobado el exterminio de los más vulnerables?

¿Cómo podemos sostener esta atrocidad sin enfermar, sin somatizar el trauma, sin disociarnos en una parte insensible, encapsulada, e indolente? ¿Sin que adolezca nuestra salud mental y emocional?

¿Dónde está la justicia? La ONU ha instado a Israel a cumplir con las medidas provisionales dictadas por la Corte Internacional de Justicia, que incluyen el cese de actos genocidas y el acceso sin trabas a ayuda humanitaria.

Juristas, académicos y operadores jurídicos, en España y otros países, han calificado las acciones de Israel como crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y genocidio, exigiendo sanciones y la rendición internacional de cuentas.

Sin embargo estas órdenes han sido ignoradas por la Comunidad Internacional hasta ahora. Ahora que algunos líderes empiezan a tomar la delantera de una movilización civil imparable, ahora que conviene tomar y replicar la denuncia irrefrenable de los pueblos y sus gentes. "Nunca es tarde..."

Israel no atiende a ninguna ley, no rinde cuentas, y esto le hace inconciliable con el derecho internacional. Es incompatible con la humanidad. Es una aberración y terminará por desaparecer. Es su destino.

Esto no es solo una denuncia. Es un grito. Un grito por cada niño que no volverá a jugar, por cada padre que llora sobre los escombros convertidos en sepultura de los suyos, por cada vida que el "poder mundial" ha decidido mirar de reojo. El silencio internacional no es neutralidad: es complicidad.

La historia juzgará. Sí. Pero ahora Palestina no necesita discursos de lucimiento personal y proclamas tramposas. Los palestinos necesitan que no los maten. Quienes tenemos voz y CAPACIDAD de HACER debemos usarlos para lograr ACCIONES (boicot, embargos, sanciones, ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales) y que el dolor palestino no se pierda en pensamientos, palabras o en frías estadísticas. La acción es necesaria para generar un cambio. Y se ha demostrado que la protesta audaz y la presión de la gente unida logra transformar la realidad.

Cuando el pueblo se une, no solo exige justicia: reconstruye el tejido emocional que la violencia intenta desgarrar. Marchar juntos, cantar juntos, llorar juntos... Navegar juntos, con activistas, médicos, artistas, abogados, clérigos, marineros y voluntarios de 44 nacionalidades diferentes que componen laGlobal Summud Flotilla. Personas unidas para romper el bloqueo israelí haciendo la tarea que deberían estar haciendo los gobiernos y las instituciones. Sobre ellos van todos nuestros ojos y la vigilia para denunciar como sea cualquier agresión o asalto por parte del Estado genocida de Israel. Es una forma de decir “no estás solo”, de devolverle al mundo su rostro humano.

-Durante el incendio de un bosque, un pequeño colibrí llevaba incesantemente una gota de agua en su pico y la dejaba caer sobre el fuego inclemente. Mientras, otros animales solo miraban y se reían del afán del colibrí, por considerarlo un esfuerzo inútil y ridículo. El colibrí, simplemente les contestó: "Yo hago mi parte"-


¡HAZ TU PARTE!


- Almudena Sosa Guzmán

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