
Después de un tiempo la luciérnaga, ya exhausta, detuvo su carrera y le dijo a la "rastrera":
- ¿Puedo hacerte tres preguntas?
La víbora respondió:
- No acostumbro a dar concesiones , pero dado que pienso comerte, adelante.
- ¿Pertenezco a tu cadena alimentaria?
- No -contestó la serpiente-
-¿Te he hecho algo?
- Nada en absoluto.
- PORQUE BRILLAS
"Brillar supone el riesgo de ser la diana de la mirada de los envidiosos"